LA CERVEZA, UNA BEBIDA MILENARIA QUE COMIENZA A REVELAR SUS PROPIEDADES PARA LA SALUD

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  • Joe G. D.
  • 4 años ago

Los monjes mantuvieron viva la tradición de elaborar y mejorar esta bebida

Quizá los monjes que vieron por conveniente, en la edad media, adicionar lúpulo a la cerveza, no se percataron del gran logro que habían conseguido, además de mantener viva una tradición milenaria, como es la de elaborar cerveza, mejoraron estas técnicas y obtuvieron nuevas variedades como buenos maestros cerveceros.

Con el lúpulo se aseguraron una mejor conservación del producto durante más tiempo y lo dotaron de acción antibacteriana, lo que hizo a la cerveza muy popular en situaciones en las que la seguridad microbiológica del agua no estaba asegurada. Así, durante esta época, la cerveza era considerada como complemento alimenticio para peregrinos y enfermos recogidos en albergues y hospitales, otorgando a esta bebida propiedades buenas para la salud.

Usada antiguamente para tratar enfermedades infecciosas, hace 6 mil años, y luego por los egipcios que le atribuían su invención a Osiris y Dionisos, otorgándole un origen divino, actualmente la cerveza está asociada a los momentos de disfrute entre amigos y familia, para maridar comidas y en Bolivia es muy usada en ritos populares como la chall’a, pero estudios avalan que esta bebida además de refrescante ayuda a la salud.

Últimamente la cerveza ha recibido la atención y mirada de científicos y médicos que recomiendan su consumo con moderación, por sus aportes a la salud que se consigue gracias a sus ingredientes naturales. 

Investigaciones avaladas por el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS) de España, que es una entidad de carácter científico, que promueve la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo moderado de cerveza y su relación con la salud, afirma que podría evitar la oxidación de las células, aumentar la cantidad de colesterol HDL (bueno) y proteger frente a lesiones miocárdicas agudas asociadas al infarto.

Siglos atrás, la cerveza era obtenida por la fermentación de los granos de cereal, era consumida por los sumerios y ahora hay todo un proceso de calidad por el cual debe atravesar hasta llegar a los consumidores. Si los egipcios se encargaron de difundir la cerveza por el mundo en la antigüedad, los galos y germanos perfeccionaron la técnica de su elaboración original, utilizando métodos similares a los actuales.

Investigaciones sobre la salud y la cerveza

Durante una conferencia celebrada la semana pasada, como parte de las actividades del Congreso Cerveza México en el WorldTrade Center de la Ciudad de México, el Dr. Juan Ramón de la Fuente, Presidente del Aspen Institute, explicó que: “La cerveza podría tener importantes efectos en las enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes o la disfunción renal; además existe la posibilidad de que esta bebida actúe también en la longevidad de algunos grupos celulares”.

Por su parte el CICS ha ido más allá en el tema de las investigaciones y del efecto que los ingredientes naturales de la cerveza tienen en la salud y señalan, que “la aportación calórica de la cerveza es muy baja, 45 kcal/100 ml en el caso de cerveza tradicional que se reduce a 17kcal/100 ml en el caso de la cerveza sin alcohol. Por lo que su consumo moderado no afecta al peso ni a la composición corporal, desmontando así el mito de la “barriga cervecera”.

Recomendaciones

  • El CICS señala que instituciones internacionales explican que el consumo moderado de alcohol no debe superar los 30 gramos al día en los hombres (tres vasos de cerveza tradicional o 600 ml) y los 20gramos al día para las mujeres (dos vasos o 400 ml), y es aconsejable ingerirla acompañada de alimentos sólidos.
  • Además, hay que tener en cuenta que las personas metabolizan de distinta manera el consumo de alcohol, ya que influyen factores como el peso, el sexo, la raza y la frecuencia con la que se bebe.
  • Por supuesto, es necesario destacar que la ingesta diaria recomendada, ingerida de una sola vez, por ejemplo, durante el fin de semana, no es una práctica saludable ni aconsejable.

Al mismo tiempo, es un componente clave ya que una cerveza con buena corona espumosa suele contener ácidos de lúpulo, ingrediente natural utilizado para su elaboración, lo que le da ese particular amargor y aroma, y hacen que estabilice la presencia del gas.

Además, la espuma es la que protege a las cervezas de la oxidación, lo que pasa cuando queda en contacto con el aire por mucho tiempo y va cambiando el sabor de la cerveza.  Al haber siempre presente una capa de espuma, por más fina que esta sea, se evita el contacto del líquido con el aire, y esto nos sirve para que la bebida no se oxigene y no pierda el gas tan rápido, ni su sabor original.

Fuentes

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Salud

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